En un entorno cada vez más competitivo el outsourcing, concretamente el tecnológico, se alza como un recurso tremendamente eficiente para el sector empresarial.
El outsourcing o comúnmente llamado subcontratación consiste en delegar una tarea necesaria para tu negocio a otra empresa especializada en ella. Actualmente la mayoría de las empresas necesitan hacer uso de las tecnologías de la información pero no todas ellas cuentan con el conocimiento y los recursos necesarios. Por ello, recurren al outsourcing.
¿Qué beneficios se consiguen con este proceso?
El outsourcing tecnológico ofrece posiciones ventajosas para ambas partes. En el caso de ser la empresa que subcontrata otros servicios, los beneficios son muy numerosos.
- Permite a las empresas dedicarse y posicionarse en su negocio principal, mientras que la empresa subcontratista se encarga de realizar el proyecto específico. De esta manera se optimizan las operaciones y no se desperdicia tiempo ni recursos.
- Se reducen los costes laborales, ya que no se tienen que contratar o formar trabajadores en el sector de las tecnologías de la información; todo corre a cargo de la empresa subcontratada.
- Favorece la creación de economías de escala y la dedicación de los recursos a actividades más productivas.
- Los riesgos para la empresas contratistas se ven reducidos por dos motivos principales:
- El sector tecnológico está en constante cambio y hay que hacer una adaptación continua. Si se subcontrata, este ajuste corre a cargo de la empresa tecnológica.
- Al no depender de tecnología propia, son capaces de adquirir la última tecnología sin coste alguno.